lunes, 3 de agosto de 2015

La Casa de Humboldt en Caracas



"Justamente al frente del Panteón Nacional, venerable recinto donde se perpetúa el ferviente homenaje de los venezolanos a las cenizas del sus Libertadores, se encuentra una casona amplia poseedora de una tradición de rango extraordinario.

La mencionada casa, en otras horas sede de la antigua iglesia de la Trinidad, queda ubicada y precisamente en la calle oeste 13 y registrada con el número 93. Su construcción, claramente ha variado mucho, más vista con detenimiento algo puede sorprenderse de los muchos siglos que han soportado sus cimientos. Pero la importancia capital que la mansión encierra queda expresada en la síntesis que luce la placa incrustada en una de sus dos fachadas. La inscripción dice a la letra; "Alexander Humboldt vivió durante su estada en Caracas (Noviembre de 1799 a Febrero de 1800) en la mansión que se levantara en este sitio". Tal noticia que nos ofrece ese recordatorio no puede ser más importante. Hondo significado ostenta en consecuencia la tradición de sitio o lugar destacado. Humboldt está fuertementete vinculado a la historia científica de nuestra patria.


Posiblemente los alrededores del mencionado Panteón Nacional existen otras construcciones con el hecho histórico, el gesto abnegado, el concepto de generosa remuneración. Hállase [sic] adscrito. Como recordatorio objetivo, a un "pórtico", un frente, o un jardín; pero el caso concreto del lugar que sirviera de domicilio a Humboldt marca una gloriosa etapa en los anales de los esfuerzos nacionales en el campo del saber.

Fueron, sin duda, Humboldt y Bonpland, los iniciadores de estudios geográficos, botánicos, astronómicos, cosmográficos y matemáticos en estas tierras. Estudios de gran valorización científica respaldados por procedimientos en extremos avanzados. Métodos experimentales dirigidos por mentes vigorosas y bien nutridas, y manos expertas y acuciosas. Humboldt, sabio de todas las latitudes, aportaba a estas tierras su desinterés de científico y su experiencia de incansable investigador. Porque Humboldt, lo sabía todo pero deseaba verificarlo todo. Y por ello se vino a la América Meridional en pos de un generoso ideal de saber y divulgación. Sus magníficos periplos por la región venezolana están llenos de las más fecundas y preciadas enseñanzas. Ante su mirada inquisidora y zahorí nada podía ocultarse y menos perder en cuanto a la interpretación o comentario. Los mayores secretos de la selva tropical fueron siempre  escudriñados en todas sus manifestaciones. 

Las formaciones geológicas de esta parte terráquea del mundo encontraron en el Barón de Humboldt al analista austero y sin par. La arqueología ganó en trascendencia y en trabajos y conclusiones de envergadura. Las razas aborígenes que poblaran la parte sur del continente fueron clasificadas convenientemente y descifradas en su tradición, en sus costumbres, en sus preferencias, en sus ritos y hasta en sus dialectos. Para la capacidad de Humboldt no hubo zona vedada ni "aspecto" no comprendido ni disecado.
Los invito a leer sobre el mito de Amalivaca en el blog
de mi entrañable amigo Abraham Quintero QEPD
http://lecturas-yantares-placeres.blogspot.com/2013/10/el-mito-de-amalivaca.html
Por otra parte, Humboldt no escatimó en sacrificios por democratizar con espíritu noble y efusivo. El aspiraba a saberlo todo; pero dejaba asimismo que los demás hombres supiesen también. El se recreaba ante lo imprevisto y por ello cuando recorriera las márgenes del fabuloso Orinoco supo y pudo traducir a líneas claras los complicados jeroglíficos, tallados o grabados, en la famosa piedra de los indios Tamanacos, denominada por el ingente sabio como el Tambor de Amalivaca. Allí ante la opulenta majestad de los ríos caudalosos o ante el "grito" arrogante de la sabana ilímite, el estudioso nórdico, supo aprisionar, casi íntegramente, el dilatado contenido mitológico que encierra el esotérico nombre de la montaña Tamacá. También Humboldt, fué vidente. Anunció al efecto muchos acontecimientos que han quedado cumplidos a través del correr de los años. Sus profecías de la Nueva Andalucía (Hoy Cumaná) han quedado ratificadas por el tiempo. Y fué que los argumentos de Humboldt tuvieron siempre el efectivo valor de grandiosas previsiones. En la ciencia de Humboldt cabían todas las ramas del saber humano. Su inquietud le llevó hasta abordar los problemas geográficos y etnográficos más graves y complicados. Todo más que posible era probable, en lo que adelantaba...

Y es por ello que esa casona del Panteón, sede, alguna vez, del sabio peregrino, ocupa en la historia científica venezolana un lugar definido y prominente."

Fuente. Transcrito por CER de la Revista

“El Farol” Por Antonio Reyes (1942)